Redacción / TCZ

No es un secreto que uno de los primeros estados del país vecino en sucumbir a los efectos del coronavirus fue Nueva York. De hecho, miles de personas enfermaron y otros miles han perdido la vida desde el primer caso. Sin embargo, con la reapertura gradual de los establecimientos en la Gran Manzana, los operadores de los parques Luna Park y Deno’s Wonder Wheel Park, ubicados en el famoso muelle Coney Island, se preguntan por qué no los han dejado abrir, informó el sitio web NY1.

“Todos aquí estamos sufriendo y necesitamos un poco de visión. Necesitamos una guía. Necesitamos apoyo” dijo en entrevista Alessandro Zamperla, presidente de Central Amusement International Inc, que opera Luna Park.

El gobernador del estado, Andrew Cuomo ha emitido los lineamientos para la reapertura de los boliches y gimnasios desde el lunes 24 de agosto, así como todas los lugares culturales en interiores (incluyendo a los acuarios) a partir del 27 de este mes. Sin embargo, los parques de diversiones ubicados en Coney Island aún no reciben autorización para reanudar sus operaciones y el verano está llegando a su fin.

En el parque Deno’s Wonder Wheel Park se han instalado ya varias medidas de prevención como los marcadores de distanciamiento para las filas y las barreras de plexiglás. De esta forma pensaban poder celebrar el aniversario 100 de la famosa rueda de la fortuna que dio nombre al centro. Dennis Vourderis, uno de los dueños del parque declaró para NY1 que está sorprendido por las medidas tomadas por el gobernador.

“Estamos preparados, y hemos invertido miles y miles de dólares para lograrlo. (…) Los boliches, que son atracciones en interiores, pueden abrir. Los gimnasios pueden abrir, y yo me quedo mirando alrededor diciendo: ‘Nosotros estamos en exteriores y no podemos abrir’. Eso es lo que lastima”, indicó Vourderis al medio neoyorkino.

Por su parte, Luna Park puede contar la misma historia. El estado no ha condonado el pago de la renta del lugar y aún no pueden reanudar sus operaciones para generar ingresos. Todo esto ha puesto en riesgo los planes que tenían. Entre ellos, figuraba la instalación de una atracción de troncos y una nueva montaña rusa en una expansión de 20 millones de dólares para el parque.

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“Estamos muy preocupados porque hasta la fecha, no hemos tenido ningún tipo de comunicación o lineamiento. Si en un futuro cercano, no tenemos claridad, tendremos que considerar todas las opciones”, indicó Zamperla.

Resulta sorprendente darse cuenta que a pesar de que los parques y los juegos mecánicos se construyan con acero, no son inmunes a los efectos del COVID-19.

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