Por Rodrigo Marín

Como parte de la celebración de terror en Six Flags, este año la cadena decidió lanzar un reto en todos sus parques, en el que 6 víctimas seleccionadas de entre miles de registros podrían pasar una “cómoda” estancia en un ataúd durante 30 horas.

Six Flags México realizó esta actividad desde la 1:00 pm del sábado 27 de octubre hasta las 6:00 pm del domingo 28. Al igual que en todos los parques de Estados Unidos, a este reto se sumaron 2 medios de comunicación para poder vivir la experiencia junto con los seis seleccionados quienes obtendrían 6 mil pesos en efectivo, dos pases anuales gold y un Monster Pass para las atracciones del Festival del Terror.

The Coaster Zone fue uno de los medios que tuvo la oportunidad de pasar 30 horas en una caja de madera y les podemos decir, por experiencia propia, que fue más difícil de lo que la gente podría pensar.

El principal reto de permanecer 30 horas acostado en un sarcófago es, quizá, la parte más difícil. A pesar de que los participantes tenían descansos esporádicos para ir al baño y checar sus celulares (al principio 6 minutos cada hora, después cada 2 horas y la última etapa de 3 horas sin descanso), la incomodidad de estar acostado tanto tiempo fue evidente en los participantes hacia el final del reto.

Y, como este desafío era parte del Festival del Terror, no podían faltar las visitas aleatorias de los monstruos que se encargan de espantar a los asistentes al parque. La diferencia es que ahora sí era una experiencia personalizada en la que cada participante debía hacer frente a sus miedos y ser firmes ante uno, dos, tres e incluso 4 seres de ultratumba al mismo tiempo.

Six Flags México también hizo más llevadera la espera de las 30 horas con los alimentos necesarios para que los participantes no “murieran” y pasaran a ser parte del elenco de criaturas del más allá que aterrorizan el parque durante la noche. El servicio incluía desayuno, comida y cena en el “cómodo” ataúd de madera.

Durante la experiencia, pudimos constatar que muchos de los visitantes al parque comentaban entre ellos, “Qué fácil, así hasta yo”, o bien, “Yo sí aguantaría, solo me echo una siestecita de 30 horas”, pero permítannos decirles que nunca tuvimos más de 2 horas de descanso pues los monstruos nos visitaron varias veces durante la noche, además de tener que superar los retos que los organizadores idearon.

Entre los retos se encontraban actividades que daban repulsión como sacar pases anuales de urnas llenas de insectos, vísceras o lombrices (en este último, sólo pudimos usar la boca para sacar el pase) y actividades más espeluznantes como el reto de las 3 de la mañana.

Para completar este terrorífico desafío, los participantes debían correr en pares hasta La Morgue Abandonada, adentrarse en ella, buscar dos artículos que estaban escondidos en la escenografía de la casa de terror y regresar a su ataúd en menos de 10 minutos.

Y, aunque uno pensaría que entrar por tu propia voluntad a una Morgue Abandonada a las 3 de la mañana infestada de espeluznantes payasos y personal militar del más allá puede ponerte los pelos de punta, fue más angustiante estar revisando toda la escenografía con gran detalle para encontrar los artículos y regresar al ataúd en el tiempo convenido.

Una vez superados todos los retos y completadas las 30 horas, llegó el momento de la premiación en la que los 6 participantes recibieron sus cheques (aclarando que los medios de comunicación no recibimos ninguna remuneración económica), así como sus pases anuales y Monster Pass. Los ganadores también se subieron a una de las jaulas del Zombie Walk y participaron en el desfile de monstruos.

Y ahora les preguntamos, ¿realmente creen que es fácil permanecer 30 horas acostado, haciendo frente a monstruos y retos y aguantar el frío del Ajusco en una “cómoda” caja de madera?